Hace un tiempo escuche a un reconocido publicista decir en una entrevista que un político debe ganar con la televisión en “mute” debe ganar con la imagen. Este afamado profesional insistía en que la gente pocas veces recuerda que es lo que dice o lo que piensa un candidato, si no que recuerda lo que le hace sentir en el momento en que lo ve y a partir de ahí es que toma la decisión de votarlo o no.
Es interesante la observación y en algún punto creo que tiene razón, pero no deja de ser un arma de doble filo, si uno vota por lo que le parece a simple vista después no hay quien reclamarle, por eso es complicado juzgar un libro solo por la tapa.
Si nos paramos en cualquier calle de Chascomús y le preguntamos a cualquier vecino ¿Cuáles son las propuestas de los candidatos a intendente que más le llama la atención? estoy prácticamente seguro que nueve de diez personas no conocen ninguna.
La dinámica de los últimos tiempos ha hecho que cada dos años muchos vayamos a votar y elijamos por simpatía, por tradición familiar o porque dijo “tal o cual cosa” sobre “tal o cuál tema”. Pero no son muchas las ocasiones en las que votamos convencidos por un plan de gobierno e incluso muchas veces ni siquiera sabemos cuáles son los planes de gobiernos de los dirigentes que elegimos.
Por eso resulta como mínimo interesante lo que propone el candidato a intendente por el radicalismo Santiago Do Santos que en medio de su campaña plantea 60 propuestas en 60 días. Es así como en los once días que pasaron desde que lanzo a través de sus redes sociales esta campaña ya se conocieron propuestas sobre concesiones turísticas, transparencias en tasas municipales, habilitaciones comerciales, reformas integrales en el sistema de salud, agenda de actividades turísticas para todo el año, plan integral de seguridad etc.
Esta novedosa metodología permite a quienes les interese poder debatir las ideas que tienen el Dr. Santiago Do Santos y su equipo de trabajo sobre el rumbo que debería tomar Chascomús en temas tan delicados como la salud, seguridad etc. Algo tan básico y fundamental que en ocasiones no sucede.
Porque al fin y al cabo el ejercicio democrático se basa en eso ¿no? En confiarle la responsabilidad de ejercer como representante a una persona que tiene ideas y puede llevarlas a cabo.
Si un candidato gana con la “televisión en mute” (cambie televisión por red social o el medio que usted prefiera) luego uno no estaría moralmente apto para reclamarle nada a nadie si las cosas no son como uno las espera.