En una preocupante muestra de abandono institucional, el puesto policial ubicado en el acceso de Ruta 57 y Camino a Casalins, en Pila, Buenos Aires, ha caído en un estado de deterioro alarmante. Este lugar, que debería ser un bastión de seguridad y protección para la comunidad, se encuentra sumido en el olvido, evidenciando la negligencia de las autoridades.
Las condiciones deplorables en las que se encuentran las instalaciones son un desafío diario para los agentes de la fuerza del Comando Prevencion Rural que allí prestan servicio. Una situación que no solo pone en riesgo su seguridad y bienestar, sino que también afecta su capacidad para desempeñar sus funciones de manera efectiva.
Las palabras de algunos de los agentes reflejan la gravedad de la situación: «Igualmente, TENER AGUA ya sería un lujo… Imagínate que ahí convivimos 13 personas por día… duermen en el piso, se cae todo a pedazos… la puerta caída, las maderas podridas». Hace mas de 1 año que no tienen agua, usan bidones, estas condiciones inhumanas y deplorables son indignantes y claman por una respuesta urgente de las autoridades.
Llama la atención que este puesto inaugurado y tramitado por Gustavo Walker este en estas condiciones, ademas a pesar de los pedidos y solicitudes realizadas tanto por los propios agentes como por vecinos de la comunidad, ni el municipio ni la provincia han tomado medidas para abordar este problema. La falta de acción no solo socava la moral de quienes defienden la seguridad pública, sino que también expone a los ciudadanos a riesgos innecesarios. Es imperativo que las autoridades competentes de Pila hagan un llamado de atención a la provincia o ellos mismos tomen las medidas necesarias para reparar este puesto.
Desde que comenzó a funcionar el Comando de Prevención Rural en nuestro distrito lo hizo en unas casillas de madera que habían sido adquiridas por la Municipalidad de Pila para oficinas de informes de la Dirección de Turismo, que luego devinieron en sede del CPR y que se ubican, una en la plazoleta “Héroes de Malvinas” y calle 2 y la otra, que es la actual sede del CPR, en el acceso y Ruta 57.
Este llamado a la acción no es solo una denuncia de condiciones deplorables, sino una súplica a nuestras autoridades para que asuman su responsabilidad en garantizar la seguridad de los ciudadanos y el bienestar de aquellos que juraron protegernos. La comunidad de Pila merece acciones concretas ante esta situación vergonzosa.