Medios Coranto charló con Tomas Mirra un joven escritor platense que edito su primer libro en el cual se mete en ocho complicadas historias sobre personas intentando transitar un dolor que no siempre pueden entender.
¿Como fue el proceso de escritura? ¿Cuánto duró?
La verdad es que no tenía idea que estaba escribiendo un libro hasta que terminé eltercer cuento. Empecé a escribir durante la cuarentena cuando estaba sin trabajar, tenía el tiempo y las ganas así que me senté a escribir con la idea de mandar algunos cuentos a distintos concursos, a ver qué pasaba. Pero cuando terminé el tercero me di cuenta de que en todos estaba hablando, en el fondo de las historias, sobre algo en particular, que eran las pérdidas y las ausencias.Ahí nace el libro, que en un primer momento se iba a llamar Antología Funesta. Las historias fueron surgiendo de forma muy espontanea, en ningún momento me pasó eso de estar frente a la pantalla y no saber sobre que escribir. El tema ya estaba definido, y cuando imaginaba una escena puntual, que casi siempre era el principio o el final, la anotaba y empezaba a formar la historia a partir de ahí.En total habré tardado un año y medio en terminar el libro, teniendo en cuenta todaslas versiones y correcciones de cada cuento.
¿Qué tienen de autobiográficas estas historias?
Todas nacen de algo personal, aunque algunas son mucho más autobiográficas queotras. Marcas es, en gran parte, lo que viví durante la inundación de La Plata, el resto es una recopilación de cosas que fui sacando de testimonios de conocidos, noticias ehistorias que fui escuchando en las semanas y meses posteriores al 2 de abril. Carta auna amiga es sobre Nina, mi perra de la infancia, y es una de las historias mas intimasdel libro. Pero la más personal sigue siendo Fragilidad, la que cierra el libro, y tambiénmi favorita, es una historia sobre miedos y las cosas que nos incomodan sobre nosotros mismos. El resto de los cuentos también nacen de lugares personales, pero son mucho menos autobiográficos. Surgen a partir de momentos y sensaciones particulares que he tenido, pero no tan íntimos o cercanos como esos tres.
La idea de toda historia es que el lector se identifique con los personajes y cree sus propios paralelismos personales. ¿Existe alguna manera de no involucrarse con los personajes cuando sos el que los escribe?
Creo que no, al menos para mí. El hecho de darle vida a un personaje, por más ficticio o fantástico que sea, te enlaza a él. Soy de los que les gusta creer que los personajes, una vez que se crean, empiezan a tener cierta autonomía sobre si mismos, y a veces son ellos los que te guían y te muestran hacia donde tiene que ir la historia. Como dije antes, siempre imagino el principio y el final de las historias, pero también me ha pasado que a medida que voy escribiendo el camino del personaje, empiezo a sentir que tiene que ir hacia otro lado, que su fin es otro, por mas que se aleje de lo que yo tenía en mente en un principio. Es muy loco creer en la posibilidad de que estos personajes estén trazando su propio curso, pero a veces se trata de dejarse llevar por estos impulsos y ver cuál es el destino. Muchas veces es una sorpresa.
¿Hasta dónde te gustaría que llegue el libro?
A la mayor cantidad de gente posible. Creo que la fantasía de toda persona que escribe es que lo lea todo el mundo. Quiero ver como las historias interpelan al lector de distintas formas, las distintas interpretaciones que puede tener cada uno, porque cada lectura es personal y está arraigada a experiencias propias, y es muy interesante la variedad de interpretaciones sobre una misma historia que pueden tener las distintas personas. Quiero que sea un libro que invite a las personas a dialogar con esos lugares incomodos que todos tenemos adentro, que sirva para transitar duelos y entender dolores que a veces son muy difíciles de explicar, incluso de entender. Siempre dije que escribo porque siento que tengo algo que decir, y ojalá ese “algo”pueda llegar a la mayor cantidad de gente posible.
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