No tengo pruebas pero tampoco dudas y puedo asegurar que Divididos en vivo es Led Zeppelin.
Para mi no es una aplanadora, es una pared, una pared de sonido enorme hasta donde te da la vista que de un momento a otro se te cae encima y te aplasta constantemente en un loop repetitivo (como todo loop) a un volumen muy fuerte.
Minutos antes del show que dio Divididos este ultimo sabado 20 en Atenas de La Plata me encontraba charlando con un ¡personaje bárbaro! de esa gente que uno se encuentra en recitales nada más: Un Fisura, pero muy copado que me contaba que desde el 2004 hasta el 2017 dejó de seguir a Divididos porque por aquella época hacían todos los shows iguales. Más allá de la apreciación que pueda tener cada uno y de lo que cada cual interprete como “iguales” entendí la decisión de este muchacho de unos 48 años aproximadamente que intentaba encender un fasito con un fósforo mientras me daba la introducción al mundo de los conciertos de Mollo y compañía.
Si bien este tipo de bandas grandes tienen sus shows sumamente ensayados y preparados y que en ocasiones no hay mucho espacio para la sorpresa, uno quiere sentir que lo que está pasando en el escenario es único y especial. No es la primera vez que escuchaba ese comentario de aquella etapa del trío, pero como era mi primera experiencia en un show de Divididos para mi gozaban de todo el crédito a favor, tenía mis expectativas y manijas puestas en esas dos horas y media de rock al palo. Por supuesto que cumplieron con creces.
Es lo mejor que pueden hacer tres tipos que le gusta tocar rock fuerte sobre un escenario, súper ajustados, muy hiteros, Catriel que le pega a la batería con un asco impresionante, me animaría a decir que los hace tocar mejor a Mollo y Arnedo.
Mollo tocó la guitarra con una zanahoria que alguien le arrojó, la mordió un poco y toco toda una canción, a veces soplaba la SG para sacarle los pedazos de zanahoria rallada. Un gran cantante en vivo, está impecable, llega a todas las notas, no se queda sin aire, clava notas larguísimas y toca como los dioses.
Arnedo está en otra, es un mundo aparte, está metido en un tranquilo trance místico que a veces resuelve pegándose de frente a esa pared de equipos al re palo que tiene detrás suyo y otra mirando a un punto invisible entre la multitud, las manos de ese muchacho ¡por favor!
Te pega fuerte desde el vamos, Hombre en U la primera canción a la que le siguió El Ojo Blindado, durante más de dos horas y media desfilaron los clásicos, Nene de Antes, Tengo, Sucio y Desprolijo, Azulejo, Tanto Anteojo, Que Tal? Cabalgata Nocturna, Haciendo Cosas Raras, un set medio cambio abajo con Spaghetti del Rock, Par Mil, El Arriero, Rasputín, Ala Delta, El 38 y hasta ahí lo que puedo recordar.
En ocasiones me dió la sensación de estar viendo alguna banda de rock de los 70 onda Black Sabbath, Led Zeppelin, Foghat, Hendrix (un poquito más atrás en el tiempo), lógicamente que tanto Mollo como Arnedo son de esa generación contemporánea que se formó musical y profesionalmente a la luz de esas influencias más allá de todo lo que inventaron.
Es rock de guitarra, bajo y batería todo sonando equilibradamente fuerte y ajustado.
Te van a volar la peluca no hay otra, tocan mucho y muy bien, ojalá sigan tocando por muchos y muchos años más, a esta gente hay que mantenerla con vida, nunca se sabe donde estaríamos si no fuera por bandas como Divididos.