Yo entiendo lo que van a pensar y lo que van a decir porque lo escuche toda mi vida “Lo tuyo es un milagro” “Sos un caso en un millón” “Hay que hacerte estudios” etc etc, etc. Con todo lo que piensen, lo que digan y lo que sientan llegaron cuarenta años tarde porque ya lo sé y lo escuche absolutamente todo.
Años encerrado en laboratorios, viajando por todo el mundo, atendiendo al periodismo, dando charlas y todo lo que se les pueda ocurrir ¿Qué quiero decir con esto? Que no es la primera vez que se quedan así con la boca abierta, frotándose los ojos y en un estado de confusión e histeria colectiva, lo que si me gustaría es ahorrarme toda esa parte que ya pase un millón de veces, por eso hice la demostración y es estoy explicando esto.
De todos modos se que van a querer hacer preguntas y es normal lo entiendo, ahora ustedes entiendan que si les mostré mi habilidad es porque confió en que entre nosotros no va a existir esa pared imaginaria que siempre se interpuso entre mi persona y aquellos que fueron testigos de la caminata ¡o sea tenemos confianza! tenemos intimidad. Si tuviera tres testículos se los mostraría sin problema ¡Bah! Eso pienso no estando en ese lugar… bueno pero a lo que voy es que no me importaría compartir ningún secreto por más profundo y oculto que sea, esto que acabo de hacer ¡si me importa! en mi se pone mucho en juego y es muy importante. Tienen suerte de que la carne este tan rica y de que me haya mamado tan fácil.
Y ¡ojo! No reniego de mi “Don” las cosas se dan porque así se tienen que dar y está bien que eso pase. Mi problema no es con el hecho de que pueda caminar sobre el agua, lo verdaderamente triste es que no siento lo mismo que sentí la primera vez que lo hice.
Tenía catorce años y era un sábado a la mañana había un sol de los mas amarillos que vi en mi vida, la noche anterior había conocido a una hermosa chica, mis padres aun estaban juntos, el blues me parecía toda una novedad y aun era fanático de Boca, todo era nuevo fresco y fascinante. Estaba con mis mejores amigos acampando al lado del rio y ahí me di cuenta de que podía caminar sobre el agua pero solo si cerraba los ojos y cantaba una canción mentalmente Have You Ever Seen The Rain de Creedence, lo intente con otras canciones pero no hubo caso, lo intente con los ojos abiertos y tampoco solo funcionaba con esa combinación, podía caminar sobre lagunas, mar, ríos y piletas como lo hice hace unos segundos pero nunca sin los ojos cerrados y sin cantar mentalmente esa canción.
La segunda vez que lo hice fue alucinante para todo el mundo pero yo ya no sentía tan bien, ahí esa mañana de diciembre y con mis catorce años supe que no iba a volver a ser lo mismo podía parecerse si pero nunca ser igual. Con los años que vinieron dejo de ser algo un milagro y un “Don” para convertirse en una carga y el chiste habitual de todos los asados, cosa que no me hubiese molestado si yo hubiese entrado en ese trance en el que entre aquella vez. Seguramente ya lo saben pero de todos modos se los digo. Primera vez hay una sola.
Leí por ahí que los que consumen heroína se vuelven adictos porque intentan durante su corta carrera de drogones emular esa sensación de la primera vez pero nunca vuelve a ser igual, entiendo perfectamente que se siente, solo que yo lo puedo dejar cuando quiero ¡Es más! Hoy lo hice, pero hace más de veinte años que no camino sobre el agua. Debo reconocer que esta bueno saber que todavía funciona aunque es probable que no lo vuelva a hacer nunca más.
No porque reniegue de ello, no es que estoy feliz ni triste porque lo que me toco, me toco y punto. Podría ser peor, podría tener una enfermedad rarísima de esas que se descubren en una persona y después les ponen el nombre onda El mal de tito, no estoy en contra de mi “Súper Poder” como lo llamaron en una revista de Estados Unidos está ahí y lo uso cuando quiero. A mí lo que me da pena, me da tristeza y angustia es saber que aun teniendo algo que me hace especial entre mil millones de seres humanos (o cuantos sean que habitamos este maldito planeta) aun sabiendo todo eso el sol jamás va a pegar de la misma manera que cuando tenía esos catorce años, jamás voy a sentirme tan importante, especial e inmortal como en esa mañana de diciembre. Ahora ya lo saben. Cuando se les pase el susto y salgan del estado de shock me gustaría comer el helado que traje.